1859-2009 150 AÑOS DESDE LA PUBLICACIÒN DE "EL ORIGEN DE LAS ESPECIES"

viernes, 30 de mayo de 2008

"Global-ización y Metropolitan-ización: El Gran Reto"

Hace ya varios siglos las ciudades rompieron en aras a su crecimiento las murallas que las definían desde la antigüedad; el siglo XX ha sido en el que han roto los propios limites de sus términos municipales; se han expandido y han engullido a toda su antigua periferia rural. Prácticamente todos los municipios de su entorno hoy día han pasado de una sociedad netamente rural a convertirse en una sociedad urbana y de clases medias.

En gran medida la escasa capacidad de crecimiento o la inexistencia de una política de suelo y de vivienda adecuada ha expulsado de las ciudades a grandes capas de población urbana; en la actualidad difícilmente se puede hablar de la Ciudad sin tener en cuenta esta aplastante y evidente realidad. La ciudad hoy es una gran con-urbación que responde prácticamente a una unidad funcional y que viene a conformar lo que denominamos la gran ciudad metropolitana. Sevilla ha dado ese salto espectacular en un periodo cortísimo de tiempo, y se debe adaptar al igual que los municipios que la abrazan a una nueva situación: la de la Ciudad del siglo XXI, la de más allá de sus propias fronteras municipales y la de la globalización. Difícilmente se podrán tomar decisiones acertadas desde el plano político y el de la gestión si no se planifica, se prioriza y decide teniendo como escenario este hecho.

Si defendemos como socialistas y como progresistas un ámbito político mundial que contrarreste al capital y al mercado global, sería una contradicción no defender la misma visión en las ciudades metropolitanas actuales. La atomización de la política basada en los Estados-Nación es un escenario que fortalece tan solo a globalización económica pero no a la política. Todos los progresistas trabajamos porque el mundo vaya evolucionando hacia un instrumento o un ámbito común para la toma de decisiones políticas y que sea ésta la que predomine a la hora de la resolución de los problemas a nivel mundial.

Pensando en global en cuanto a las grandes ciudades, es necesario construir un espacio común compartido donde los responsables políticos de los distintos municipios metropolitanos discutan y decidan sobre los diversos problemas que en realidad son problemas comunes. Pero debe hacerse mas allá de la constitución de uno o varios consorcios concretos; se trata de planificar juntos, de priorizar, de decidir y de coordinar desde un planteamiento integral “el presente y el futuro” de una nueva realidad: “La Sevilla Metropolitana del Tercer Milenio”, la gran Ciudad para responder a lo local y lo global desde el esfuerzo común, la cooperación y el modelo de desarrollo sostenible.

martes, 27 de mayo de 2008

Una interesante visión sobre el Partido Popular de Andalucía

Arenas, ¿hay alguien más?

JOSÉ MANUEL ATENCIA 27/05/2008. EL PAIS.

No hay nadie en el PP de Andalucía, con 140.000 militantes y el mayor número de compromisarios para el Congreso Nacional, que tenga opinión alguna sobre lo que está pasando en este partido a nivel nacional. Con la que está cayendo en esta formación política, hay al menos un dirigente, por mínima que sea su relevancia, que considere beneficioso que haya dos listas en ese congreso. Hay un sólo alcalde, concejal o diputado -de momento, algunas reflexiones de un ex diputado europeo Jorge Hernández Mollar y las del ex alcalde de Granada, Gabriel Díaz Berbel- que saque los pies del tiesto y reclame una confrontación de ideas. A alguien le molesta algo, discrepa de algo o le parece mal alguna cosa.


Existe al menos un compromisario que se lamente de que el aparato de su provincia le pidiera la firma anticipada de su aval para Rajoy y que esté dispuesto a censurarlo. Hay alguien en el PP que piense que, al igual que hay dirigentes que sostienen que Rajoy, tras dos derrotas consecutivas, debe dar paso a un sustituto, Arenas, con cinco -tres personales y dos por delegación- igual también debería ser sustituido. En definitiva, en el PP andaluz hay alguien que tiene una opinión contraria a Arenas en algo, por pequeña que sea, y que además la diga.

Una vez leí un estudio sobre las bandadas, los bancos de peces y las manadas. Todas ellas son capaces de avanzar al unísono, evitar obstáculos y ejecutar maniobras de alta coordinación. Ello sucede gracias a cuatro reglas esenciales: respetar una distancia mínima entre los cuerpos, igualar la velocidad de sus vecinas, moverse hacia el centro de masa y buscar la panorámica. La primera regla evita las colisiones y las siguientes permiten el alineamiento y la cohesión. Se trata de un sistema complejo pero adaptado al medio que no se comprende a partir del estudio de un individuo en solitario, al nacer de la propia red de interacciones que tejen entre sí.

De momento, este estudio es la explicación científica más cercana que he encontrado sobre la posición del PP andaluz en la campaña desatada en torno al congreso nacional de esta formación política. En esta crisis, el PP andaluz ha pasado de ser un partido monolítico para convertirse en una manada. En uno de los momentos más difíciles para el futuro del centro-derecha en España, los dirigentes andaluces están aplicando las reglas de la bandada: alineamiento y cohesión. Los 140.000 militantes del PP en Andalucía vuelan al unísono. Todos detrás de su líder. Él marca la distancia entre cada uno, establece la velocidad y el rumbo, y finalmente, busca la panorámica, que es el mecanismo de desplazamiento que les permite girarse hacia un costado u otro según convenga.

Arenas ha sumido a la militancia en el silencio. Él instalado en la barrera. Y en el tendido los militantes, que emprenderán el vuelo en cuanto él anuncie el despegue. Sin embargo, las turbulencias que hay en el camino pudieran ser incompatibles con la excesiva rigidez que ha establecido en la organización. El líder del PP andaluz tiene un colectivo ordenado, pero el sistema se come a las personas emergentes y con criterio propio. Los echa de la manada.

Sólo de esa forma es posible que, tras las pasadas elecciones andaluzas y en la primera reunión de la dirección regional del PP para analizar los resultados, no hubiera un solo miembro de la ejecutiva que tomara la palabra para discrepar del optimista balance realizado por Arenas. Sólo así es posible que ese mismo día anunciara el apoyo incondicional de Andalucía a Rajoy. Sólo de esa forma es posible que la militancia esté muda ante el mayor conflicto del partido desde su creación. Y sólo de esa forma es posible que en Andalucía no haya ni debate en torno al líder -sea el líder que sea- ni debate de ideas. Aquí todos con Arenas. Pero, ¿hay alguien más en el PP andaluz?

domingo, 4 de mayo de 2008

El Modelo Neocón Italiano: ¿Neofascismo?


REPORTAJE: La Italia de Berlusconi. El populismo alza el brazo en Italia

Los discursos xenófobos, posfascistas y autoritarios marcan el resurgir de la derecha

L. LUCCHINI / A. RIZZI - Milán / Madrid - 04/05/2008. (En El País.com-Internacional)


La escena heló la sangre a más de uno. El posfascista Gianni Alemanno acababa de ganar la alcaldía de Roma, primer político de su cepa en lograr el despacho que domina el Foro. Ante la sede del Ayuntamiento, en la plaza del Campidoglio, el ombligo de Roma, una multitud de militantes espera el discurso del ganador. Entre ellos, en las armónicas líneas de la plaza proyectada por Miguel Ángel, muchos mantienen el brazo levantado con una inclinación que no deja lugar a dudas: saludos fascistas. Las banderas tricolores ondean por todas partes. Algún grupillo hasta se atreve con un estribillo más explícito: "¡Duce, Duce!".

Era el lunes 28 de abril -casualmente, el aniversario de la muerte de Benito Mussolini-. Así acababa una larga campaña electoral que ha entregado Italia a una derecha que no renuncia a discursos de tintes xenófobos, autoritarios y machistas. Muchos analistas observan su ascenso (y su revancha) con preocupación. Y fuera de Italia, muchos siguen con estupor ciertas actuaciones en el teatrino de la política transalpina. ¿Cómo hay que tomarse a Umberto Bossi, el líder de la Liga Norte, cuando advierte de que "los fusiles están siempre calientes" y que tiene "300.000 hombres listos a combatir"? ¿O cuando Silvio Berlusconi dice: "Somos la nueva falange romana"?, una supuesta broma sobre la victoria electoral en la capital.

¿Qué pasa en Italia? "Lo que ocurre es que la desaparición de las culturas políticas que han guiado el país durante cuatro décadas ha dejado un gran vacío. No han sido reemplazadas. Sin ese tapón, sin el filtro de una cultura política moderna y responsable, han caído los tabúes y ha empezado el reino del cinismo", asegura Edmondo Berselli, escritor y analista político del diario La Repubblica. "Se ha abierto el campo a las brutalidades de la Liga. A la derecha que exalta la virilidad con tonos arcaicos. A los discursosferoces. A la vulgaridad. Es como en los bares, gana quien grita más alto y más fuerte".

No cabe duda de que Berlusconi, Bossi y los posfascistas de Gianfranco Fini gritan alto y fuerte, pero cada uno a su manera. No se trata de una derecha monolítica, al contrario: federalistas y nacionalistas, liberalismo y proteccionismo, guerra a los burócratas y clientelismo... Todo convive en un mismo universo derechista donde el consciente coqueteo con los tonos autoritarios y xenófobos es el común denominador.Pero no son sólo palabras. Berlusconi no dudó en asignar un escaño seguro a Giuseppe Ciarrapico, empresario romano y fascista declarado. Varios alcaldes y lugartenientes de la Liga Norte hablan y actúan a veces más como sheriffs que otra cosa.

¿Será la futura acción de Gobierno acorde a ese lenguaje? "No creo en absoluto que haya un peligro de una reorganización fascista en Italia", comenta Gad Lerner, célebre periodista e intelectual de referencia de la comunidad judía italiana. "Pero me asustan los discursos acerca de los gitanos, la idea de que vuelva una cultura reaccionaria tradicionalista, que habla de una comunidad nacional fundada en la pertenencia religiosa y étnica y contrapuesta a los extranjeros portadores de delincuencia y de perturbación de esta cultura popular que ellos quieren preservar. En esto, el tradicionalismo de derecha de Alemanno en Roma es muy parecido al liguismo en el norte de Italia. Ambos han ganado elecciones levantando miedos".

Italia es un país lleno de temores, sobre todo a que el futuro sea peor que el pasado. Y algunos han soplado sobre esos miedos. "Es significativa en ese sentido", prosigue Lerner, "la emoción con la que se condena una violencia sexual padecida por una mujer italiana a mano de un rumano, que se convierte en caso político, portada de los diarios, mientras todos los días hay noticias de prostitutas romanas violadas o asesinadas a las que se hace más bien poco caso". Otros síntomas parecen menores. La Facultad de Derecho de la Universidad de Bari acaba de votar en contra de la propuesta del rector de cambiar el nombre del ateneo que (formalmente se sigue llamando Benito Mussolini) por el del estadista democristiano Aldo Moro, asesinado por las Brigadas Rojas en 1978. Otras, tienen tintes revisionistas. La joven diputada derechista Giorgia Meloni afirmó el viernes que los militantes de los grupos de inspiración fascista asesinados en los años setenta y ochenta son "mártires de Italia".

Pero los italianos -sean ciudadanos comunes o expertos analistas- no atribuyen gran valor a estas anécdotas. "Hace 15 años que la derecha ha superado el fascismo entregándolo a la historia", argumenta Flavia Perina, directora del diario Il Secolo d'Italia, órgano de la derecha posfascista de Gianfranco Fini, elegido esta semana presidente de la Cámara de los Diputados. Nadie duda de que Fini sea un demócrata y de que repudie la violencia. Bossi lleva 20 años hablando de fusiles y cañonazos, pero nunca se ha visto uno. La misma derecha que asciende ahora ya ha estado en el Gobierno. E incluso los italianos que juzgan catastrófica aquella experiencia de Gobierno, no lo hacen por verle rasgos de nostalgia fascista.

El temor es que esta vez, en una sociedad frágil y menos tolerante por la erosión de su bienestar, el espacio para políticas de mano dura frente a la inmigración sea más amplio. "La política de inmigración que impulsa la derecha es la misma que aplica, y bien, el Gobierno español de Zapatero: se trata sencillamente de expulsar a los irregulares. Aquí nadie habla de campos de concentración", dice Perina. "Diez personas con el brazo levantado son una anécdota". Lo cierto es que no es la primera vez que ocurre.

"En Italia hay un malestar profundo. Por las dificultades económicas, por la ineficiencia de la Administración Pública, por una sensación de creciente inseguridad", comenta Berselli. "Berlusconi y los suyos supieron responder mejor a ese subconsciente. La izquierda representa la cultura de las reglas, habla de lealtad a la Constitución, avance de derechos... ¿Pero qué le importa todo eso a alguien que no llega a fin de mes, que paga el litro de gasolina a 1,40 euros y que ve que el Estado cobra mucho pero no resuelve nada? Berlusconi no duda y expresa su desprecio hacia todo aquello, hacia los comunistas, los jueces, las universidades, la Administración. 'No nos toquéis las narices', grita".

Y el mensaje cunde. A pesar de ciertas anécdotas, "a pesar de que no esté sustentado en las estadísticas que Italia sea ahora un país menos seguro que antes", como dice Lerner, una mayoría de italianos ha creído que la derecha defendería mejor sus intereses. La receta menos Estado, más seguridad ha funcionado. Habrá que ver con qué grado de intensidad la aplicarán. Pero no está tan claro que el principal problema será la mano dura.

"¿Cómo logrará Berlusconi tener unida una coalición tan heterogénea? Es mi principal preocupación", asegura Berselli. "Creo que sólo tiene una solución. La misma que adoptó en su anterior etapa de Gobierno: el gasto público. Gasto para el norte, que reclama infraestructuras y servicios. Gasto para el sur, y sus clientelismos". El Gobierno de Berlusconi dejó resueltos varios asuntos personales de su presidente, pero a un alto precio: un déficit público del 4,4%, y una deuda pública que equivale al 106% del PIB.