
Estos niños caprichosos, tan inquietos, despues de tener cubierta y resuelta su catastrofe personal mandan a sus voceros, a sus escuderos, a sus mercenarios con las recetas de siempre: "menos Estado", "austeridad en el gasto público", "menos regulación de los mercados", "más precariedad laboral", "bajada y congelación de salarios", "privatización de sevicios públicos" "nada de subir impuestos", "las rentas altas a vivir de lujo" ; en definitiva "VIVA EL MERCADO", "todo es el mercado" " no quieren Estado", porque su Padre, su Padre y su Dios de verdad es "EL MERCADO". Se apoyan en la inseguridad, en el miedo, en la desconfianza, en la desesperación de las personas para aparecer como salvadores de la catastrofe.
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