1859-2009 150 AÑOS DESDE LA PUBLICACIÒN DE "EL ORIGEN DE LAS ESPECIES"

viernes, 25 de enero de 2008

“La Cara es el Espejo del Alma”

Se dice que la cara es el espejo del alma; recientemente hemos podido comprobar, en base a dos hechos y a las circunstancias que los han rodeado, cual es la cara y el alma del PP.

El primer hecho fue la decisión sobre la lista de Madrid en la que se visualizaba un reforzamiento de los sectores más radicales de la derecha; pero la cosa no quedó ahí, todo quedó dicho y mucho más claro cuando Rajoy transmitió la frase “he hecho lo mejor para mí, para mi partido y para los ciudadanos”,expresada sin que se le notara ni un mueca en esta frase va implícita y explicita una gran revelación.

En la escuela socialista siempre a modo de la “a” del abecedario se nos enseña todo lo contrario, es decir “ lo primero es lo mejor para la sociedad, para la ciudadanía, para las instituciones; lo segundo es lo mejor para el partido, para el proyecto político y lo último es lo mejor para mí”. He aquí la gran diferencia, lo que es bueno para la sociedad, para los ciudadanía, para las instituciones democráticas es bueno para el partido socialista y eso por añadidura es bueno para mí. Lo mejor para la sociedad y por eso somos socialistas, lo mejor para el partido y su proyecto porque es la causa que compartimos y en último lugar lo mejor para mí porque somos solidarios, defendemos la fraternidad y no el individualismo y el egoísmo sino el equilibrio entre la individualidad y la sociedad.

Pero más aún si continuamos analizando dicha frase resume la situación y a la vez la cara y el alma del PP; la cara es la de un liderazgo inseguro(por eso dice que es lo mejor para él) y débil porque está hipotecado a diversos grupos de los que ni sabe, ni quiere, ni se puede desprender(es la herencia y el patrocinio de Aznar y sus seguidores más fervientes de los que Rajoy demuestra por sus hechos ser uno más).

Cuando dice lo mejor para mi partido, está traduciendo que su decisión está condicionada por presiones internas que podrían estallar si su decisión no hubiera sido la que es, y denota así el PP falta de unidad y estabilidad.

Sin embargo lo más preocupante es como finaliza la frase dejando en último lugar el interés de los ciudadanos, esto refleja que el PP es un partido que no responde a los intereses generales sino a los de grupo, a los de una oligarquía de la cual es instrumento político para jugar en el tablero electoral. En definitiva un alma egoísta e individualista que es coherente por otro lado con su posicionamiento político-ideológico; ese de primero el individuo, primero las tradiciones, primero las creencias y el dogma, mejor conservar que cambiar, mejor poco Estado, mejor el mercado, mejor la ley del más fuerte, mejor el dejar hacer, mejor lo privado a lo público, mejor la competencia que la cooperación, mejor la confrontación que el diálogo, mejor los símbolos que las personas, mejor consumidores que ciudadanos....; en conclusión antes yo, la élite y el dogma que la propia sociedad.

El segundo hecho, que ha permitido ver la cara y el alma del PP, ha sido durante la agudización de la inestabilidad bursátil de estos últimos días en la que lo exigible era en primer lugar objetividad y en segundo lugar serenidad.

Pues bien el PP hizo todo lo contrario insufló y propagó el pánico, la desconfianza, la alarma, el miedo y además olvidó intencionadamente, una vez visto el análisis de estos 4 años de Gobierno del PSOE que la Bolsa teniendo en cuenta el año 2004 como referencia, ha ganado en torno a un 50%.

Las alocadas expresiones como días negros, hundimiento, crack, y otras repetidas machaconamente; el ejercicio pirueta de escenificar una especie de gabinete de crisis con ¿sus notables de la economía?,pidiendo reacciones desesperadas de intervención del Estado; ha sido un auténtico esperpento que sólo pueden protagonizar unos irresponsables que funcionan a base de coyuntura y en los que “el cuanto peor para la sociedad mejor para mí” se convierte en su razón de ser, en su tabla de salvación. Y es así como se vuelve a repetir la misma cara y el mismo alma, el de una derecha reaccionaria, egoísta y sucursalista del ala más dura de los neocones y ultracapitalistas republicanos de los EEUU.

La cara es el espejo del alma:¡Que clara es la cara y que oscura es el alma de la derecha del PP!

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