El movimiento, abrir camino, la búsqueda de nuevas oportunidades y respuestas, ha sido siempre la iniciativa que ha hecho evolucionar al ser humano y adaptarse al medio para no sucumbir. Las repuestas a las incertidumbres siempre han oscilado,
entre las actitudes conservadoras de mantener el estado de las cosas, mediante el ejercicio de una autoridad paternalista y la complicidad de los sacerdotes para la conservación de éste en base a unos principios inamovibles preestablecidos;
y las actitudes progresistas que proponen los cambios necesarios para generar nuevas oportunidades, que nos permitan mayor seguridad ante las incertidumbres, ante la realidad de un mundo cambiante.
Si por la derecha o los conservadores fuera nunca habríamos saltado del árbol a la sabana; nunca hubiéramos salido de la caverna al mundo exterior.
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